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Flores que no huyen del silencio.
Respira.
Esta calma también es medicina.
Este rapé abre un espacio de quietud emocional, sin cortar el flujo de la conciencia. La lavanda guía con suavidad y firmeza, desbloqueando tensiones emocionales, serenando la respiración y facilitando la expresión contenida. Es una medicina que acompaña desde lo sutil, sin ceder profundidad.
La flor de lavanda (Lavandula, Lamiaceae) aporta propiedades calmantes, antiinflamatorias y ansiolíticas, conocidas en la herbolaria tradicional. Combinada con mapacho y tsunu, da lugar a un rapé de fuerza media, equilibrado entre lo físico y lo emocional.
El aroma es floral-terroso, con matices herbáceos que limpian el aire interno. El soplo despeja el pecho y relaja el centro nervioso sin perder lucidez. Su energía es receptiva, amorosa y clara.
Especialmente útil en momentos de sobrecarga emocional, ansiedad suave o conflictos internos que piden ser expresados. Puede utilizarse al inicio o final de ceremonias para preparar el campo con dulzura, o en sesiones terapéuticas donde se requiera apertura sin vulnerabilidad.